Tras la fascinante historia de "Hamnet" la autora nos arrastra hasta la corte de Florencia del siglo XVI, donde una jovencísima Lucrezia, hija del gran duque Cósimo de Médici, es obligada a casarse con el heredero del ducado de Ferrara, Alfonso d'Este. Una matrimonio sin amor, convenido con un único fin, dar un heredero varón al gran duque que perpetúe su linaje y su poder.
Ella, una joven despierta, inteligente, sensible, deslumbrada por el joven duque, pero una niña al fin y al cabo, de apenas 13 ó 14 años. Temerosa de una vida de casada y siempre bajo la sospecha de los entresijos de palacio y la amenaza de no poder cumplir su único objetivo en la vida.
Él, no deja de ser otra víctima más de una estirpe familiar y una tradición que por un lado le manda a la guerra, a defender un territorio y por otro perpetuar un linaje, con una mujer a la que no ama.
Muy lejos de la emoción de su primera novela, fabula un final con un quiebro de la historia que me ha dejado un poco patidifusa.
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