Vlad

25 de marzo de 2015

"Muerte en verano" de Benjamin Black

La novela negra acapara novedades, adaptaciones cinematográficas, sagas, campañas publicitarias... Pero más allá de lo mediático o de la moda, se ha consolidado como un género literario "mayor" en el que encontramos algunas de las letras más sagaces y creativas de la literatura actual. 

Decía Eugenio Fuentes hace unos días, en la presentación de su última novela, que admiraba profundamente las obras de Benjamin Black porque, entre otras cosas, cuidaba muchísimo el lenguaje. Porque la novela histórica no es sólo asesinatos, coartadas, policías listillos y malos malísimos, si no que debe ser ante todo un ejercicio literario donde lo que se cuenta se cuente bien, con belleza, con estilo.

Y todas estas características las reúne esta novela de Benjamin Black que, como ya comenté en otra entrada de este blog, te permite ver la historia "en blanco y negro".

La acción se desarrolla en Dublín, donde el forense Dr. Quircke y el el inspector Hackett se unen de nuevo para resolver el asesinato del magnate de la prensa Richard Jewell. Transcurridos unos años desde el fin de la II Guerra Mundial, en la fría y húmeda irlanda, ambos investigadores deberán enfrentarse a las pasiones más sórdidas del alma humana, que arrastran a la violencia y, en última instancia, a la locura.

Magnífica novela negra del merecidísimo Premio Príncipe de Asturias de las Letras John Banville (nombre real de Benjamin Black)

9 de marzo de 2015

"Nos vemos allá arriba"

En los últimos días de batalla durante la I Guerra Mundial, el teniente d'Aulnay Pradelle lanza una ofensiva mortal sobre el frente alemán. En aquella lucha, dos soldados, Albert Maillard y Édouard Pericourt, caen gravemente heridos; la vida de los tres, a partir de ese momento quedará inexpugnablemente unida para siempre.

Así podría resumir el argumento de esta novela bélica si no fuera porque es un fantástico ejercicio de introspección en el cuerpo y en el alma de los soldados, héroes y traidores, víctimas y verdugos en la más cruenta guerra que haya visto la historia. Son tres personajes durísimos que libran cada uno su propia guerra.

El teniente Pradelle, de familia bien venida a menos, lucha por reconstruir el honor y la gloria de sus antepasados pero de la forma más mezquina, matando, engañando y robando la memoria de los héroes caídos.

Albert Maillard sueña con olvidar el horror de la guerra agarrado a la máscara de un caballo, como tabla de salvación. Su objetivo es huir de Europa para reconstruir su historia, junto a Édouard, el soldado al que debe la vida, con una lealtad sin límites.

Y Édouard Pericourt, gravamente mutilado, dado por muerto para no tener que enfrentarse a su pasado, a un padre que renegaba de él y que se convierte en víctima de su propio engaño. Ha perdido su pasado, su presente y quizás también su futuro.

Estos son los personajes que deambulan por esta gran novela, merecedora del Premio Goncourt, y que ha recibido unos merecidos elogios de crítica y público. Sin embargo, es dura de leer como es dura la realidad y la crueldad de la guerra.