Mientras tanto, uno de esos tres hombres se suicida delante de las cámaras de televisión y ahora sus hijos deberán terminar el juego que un día empezaron de pequeños con él. Nada es lo que parece y cuando descubren la verdad no saben qué hacer con ella.
No sé cómo calificar esta novela, de ciencia ficción, apocalíptica o directamente un despropósito que pretende invitarnos a la reflexión sobre el futuro de nuestro planeta pero que se convierte en un panfleto pseudoecologista, contra el poder del dinero y de la televisión.