Lily acaba de perder a su marido y con él, sus planes de futuro y sus esperanzas. Todo se ha roto dentro de ella y su vida parece no tener consuelo. Sin embargo en una isla remota y tranquila cree descubrir una casa donde poder comenzar de nuevo y donde reunir los pedazos rotos de su vida. Y allí instala su pequeña tienda de ropa vintage, acompañada en todo momento de una gata que parece tan perdida como ella.
Allí reconstruirá su hogar, sus amigos, su vida y quizás también el amor.
Debí leer mejor la contracubierta del libro, donde dice que es una "deliciosa fábula de verano". Se queda en historia romántica y poco más, amena de leer pero sin ninguna pretensión. Se pasa el rato pero no aporta gran cosa.
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