El suicidio de un fraile trapense en un apartado monasterio de la sierra granadina causa un fuerte impacto en todos los que le rodean: en sus hermanos de comunidad, en la benefactora del convento y en la lengua perversa de un periodista de prensa amarilla.
Esta novela es un ejercicio inmenso de introspección en el alma humana, una indagación espiritual y filosófica profunda del hombre ante la muerte y el sentido de la vida. Hay un elemento imprescindible en la novela que es el silencio, el silencio del convento, del claustro, del refectorio y los retazos de diálogo que se crean entre los hermanos de comunidad.
No es una novela fácil de leer, por su profundidad filosófica, pero sin duda es fruto de un talento extraordinario.
Para leerla en silencio, en calma, en casa. A mí me encantó.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo y me ha sorprendido la profundidad del autor
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