Un entrañable anciano siente todo el peso de la soledad sobre su vida. Su mujer ha muerto hace años, su hija y su yerno no le visitan, su casa está amenazada por una constructora y su única compañía es su viejo perro Bao. Así es que un día decide erigirse en el rey de su propio reino, el Reino de Georgettia. Allí es el que manda, el que impone sus normas y recrea sus propias "reales" tareas.
A partir de ese momento comienza a reivindicar su protagonismo ante la ONU, ante la señorita del supermercado ... y el único que descubre su secreto y decide seguirle el juego es su yerno.
Una conmovedora historia de soledad e incomprensión en el mundo de hoy, donde no tenemos tiempo de ocuparnos de nuestros mayores, donde las relaciones familiares están dinamitadas por el estrés, la falta de trabajo y la incertidumbre por el futuro. Una historia también sobre la incomunicación del mundo moderno, donde nos olvidamos de decirnos un te quiero o te echo de menos.
Precioso cómic altamente recomendable para adultos, que nos recuerda lo importante que es mirarnos a los ojos y cuidarnos unos a otros.
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