"Chico se va con chica y los mayores se quedan con la boca abierta. Cuentos de abuelas, padres e hijos, maridos y mujeres, infidelidades, adulterios, divorcios, madres que se convierten en suegras y familias enteras que aprenden a tratar de manera distinta a las criadas. Todo revuelto en un cuaderno inmenso en el que caben los presos políticos, la descomposición del comunismo, la clandestinidad, la vida provinciana, el exilio, la movida madrileña, las casas abandonadas, los emigrantes, los inmigrantes, las puertas giratorias de un café, las borracheras de un pintor, las religiones a la carta, la gente en la caja de las grandes superficies, las ambiciones personales, los hijos que se van y los potingues en el cuarto de baño, porque el tiempo corre, porque se pasa el arroz, porque la vida se llena de inseguridad y la plenitud de insatisfacciones, y el mundo da vueltas, y va de Madrid a Bucarest y vuelve de Bucarest a Madrid, y de Madrid a Barcelona, con otra piel y otra historia muy diferente, y todos necesitamos una atención, un consuelo, un marido que se esfuerce en recuperar los orígenes, una abuela que demuestre que la familia siempre estará ahí, siempre, aunque las ilusiones acaben de manera catastrófica y un final o una persona extraña nos esperen en una estación de tren".
Este texto extraído del libro (pág. 315) es la mejor síntesis que se puede hacer de esta novela que es en realidad un cuaderno de memorias, que un padre dedica a su hijo para intentar reconstruir su vida, su pasado y su legado para el futuro. Tres generaciones unidas por el exilio y la fuerza de la familia como único motor de unión.
"No me cuentes tu vida" es el grito de un hijo a su padre que se niega a perderlo.
Una novela muy densa, que me ha costado terminar, aunque reconozco que subyace la mano de este gran poeta que es Luis García Montero.
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