Clara, una joven periodista, vive en Fuentegrande, dirige un periódico local digital y vive en una fonda, intentando olvidar la reciente muerte de su marido; intenta ahogar su soledad en alcohol y corriendo todas las mañanas como alma que lleva el diablo. Cuando aparece el cadáver del cacique del pueblo y dueño de gran parte de las tierras que lo rodean, comienza a indagar en una historia que la arrastra mucho años atrás, a la adolescencia y juventud de los que hoy pueden ser considerados sospechosos.
¿Es entonces cuando se gesta un crimen, en las rencillas de juventud, en los amores y desamores de una pandilla de adolescentes? o es quizás cuando aparece la guapa Eugenia que enloquece a todo el pueblo, o es María, hija ilegítima de nadie sabe quién, la que esconde algún secreto...
Cuando éramos ángeles, jóvenes, presuntamente inocentes ... de ahí arranca la historia de esta novela que hace un recorrido por el despertar de la madurez de un grupo de chavales y chicas en un pueblo donde parece que nunca pasa nada.
Esta novela fue objeto de interés en uno de los programas de Página2 y por eso me animé a leerlo. Siendo la segunda novela de la autora parece que todos coinciden en su potencial narrativo. A pesar de que me ha costado leerlo, porque leía muy poquitas páginas cada día y parecía que perdía el hilo de los personajes, reconozco que la incursión que hace en el carácter y el alma de cada uno de los personajes me ha parecido interesante. Pero habrá que esperar a ver cómo madura esta escritora casi novel.
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