No hay nada mejor que volver a los autores favoritos que nunca decepcionan y, como este año estoy descubriendo al comisario Montalbano, he regresado a sus orígenes con una de sus primeras novelas.
"El perro de terracota" es la segunda novela de la saga (la primera no estaba disponible en la biblioteca) y me ha permitido conocer a algunos de los personajes entrañables que acompañan en sus aventuras a este honesto pero peculiar policía siciliano.
En esta ocasión, Montalbano ha de hacer frente a dos tramas: el desmantelamiento de una red de tráfico de armas de la mafia y el descubrimiento, en una oscura cueva, de los esqueletos de dos jóvenes amantes que han sido enterrados junto a un perro de terracota.
Acompañado como siempre por Mimi, Fazio, el inconmensurable Catarella y la paciente Livia, Montalbano va desgranando las historias con esa peculiar intuición y desfachatez, que le harán descubrir la verdad y la justicia aunque tenga que caminar al filo de la legalidad.
Muy entretenida y magnífica lectura de verano.
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