El verano de 1963 se presenta para León Egea como el verano de muchos comienzos: estudia en Granada en la Universidad, vive alejado de su pueblo y de sus padres, comienza a trabajar como vendedor de enciclopedias en la editorial Universo y conoce a Consuelo, 17 años mayor que él, con la que va a conocer el amor y el sexo. Todo parece despertar en medio de una España triste, dormida y espesa. Va a conocer al limpiabotas, al ferroviario, a su compañero Vicente, a su profesor de literatura que le anima a escribir... y en medio, León, buscando, perdido, cómo construir su futuro.
Pero nada es lo que parece y León deberá descernir si lo vivido con Consuelo ha sido verdadero o es sólo parte del juego.
Luis García Montero nos acerca su Granada natal de 1963, con un estilo muy poético que nos permitir sentir el calor de ese verano andaluz, las ventas de la carretera, los paseos nocturnos por los jardines de la ciudad, para envolver esta hermosa historia de amor y descubrimiento con un final sorprendente. Como siempre, su salto a la novela está impregnada de poética y lirismo.
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