Siempre sorprendente, Murakami no deja indiferente a nadie, arrastrándonos hacia universos desconocidos. Después de mi pequeño fracaso personal con su trilogía de "1Q84", cuya última secuela no quise leer, de nuevo me vuelvo a enfrentar a uno de mis autores favoritos, pero que más me hace sufrir.
Normalmente tardo varios días en poder escribir un comentario sobre sus novelas porque son tan complejas que me cuesta desentrañar su significado profundo. Pero hoy he decidido enfrentarme a ello para poder captar con más frescura toda la profundidad de su obra. De ahí la contradicción de que me guste tanto y que sin embargo me cueste tanto comprender sus novelas. Me imagino que es lo mismo que enfrentarse a una gran obra de arte del barroco, que no necesita explicación en sí misma porque nuestra sensibilidad ya está educada para comprenderla, o a una obra de arte contemporánea que en principio nos asusta y que necesitamos que alguien nos la explique, nos contextualice la obra y nos describa los elementos con los que se desarrolla.
En fin, Murakami es contemporaneidad en estado puro. Ya os he mencionado, que ha sido capaz de crear su propio universo "kafkiano", alejado de la realidad que vemos y comprendemos con un simple vistazo, y que encierra en sí mismo toda la complejidad del ser humano.
En esta novela, como en la de "1Q84", vuelve a jugar con los mundo paralelos, con las realidades vistas desde fuera de nosotros mismos, con un juego en el que no sabemos si lo que se describe forma parte de la realidad o de la ficción. Y en medio de esa confusión, el protagonista no tiene más remedio que bailar y bailar incansablemente para no dejar que se rompa ese hechizo.
El personaje de la novela es un escritor freelance que decide regresar a un viejo hotel de Sapporo, atraído por una fuerza extraña. Allí conoce a Yushimoto, la recepcionista, y a Yuki, una "joven madura" de 13 años. A partir de ese momento se desencadenan una serie de acontecimientos que le llevarán a conocer a otros personajes, unidos a él por un extraño hilo de complicidad. Realidad y ficción, vida y muerte, separados por un hilo invisible.
Creo que puede ser tremendamente sugerente acercaros a esta novela que te envuelve en su misterio. Desde luego no es fácil de leer, pero nos permite atisbar un mundo complejo en el que también nosotros nos movemos, la realidad y la ficción.
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