La vida de la familia Alter es puro drama. Arthur Alter, el padre, es un profesor universitario viudo en sus horas más bajas. Arruinado y a punto de perder su vivienda decide pedirle a sus hijos la parte que les corresponde de la herencia de su madre. Pero su hijo Ethan es un bala perdida, que se lo ha gastado casi todo, y su hija Maggie vive como una asceta alejada del mundanal ruido.
Con este cuadro, el autor construye una novela en la que las relaciones familiares, los conflictos de intereses, el cariño o el altruismo se medirán en un reencuentro en la casa familiar.
Sinceramente, yo no he visto la brillantez, ni la diversión ni el optimismo. La historia es curiosa pero sin más.

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