Vlad

17 de abril de 2018

"La mujer del pelo rojo" de Orhan Pamuk

Leer a Pamuk es leer a Oriente, a luz, a especias, a colores distintos. La atmósfera que recrea en sus libros es su Turquía natal, un país a caballo entre Oriente y Occidente a lo largo de toda su historia. 

En Estambul en 1985 nace la amistad entre un joven aprendiz y un pocero al que encargan excavar un pozo en busca de agua en Ongoren. Criado sin la figura paterna, el joven encuentra en el maestro a ese padre referente que nunca tuvo y descubre, a través de él, las enseñanzas de la vida. En aquel pueblo aislado conoce a la mujer de pelo rojo, enigmática, seductora y amante, quien le marcará profundamente en su vida sin saberlo.

En ese tránsito a la edad adulta, Pamuk recrea alguno de sus temas recurrentes. Mezcla historia, fábula y mitología cuando planea sobre ellos la tragedia griega de Edipo y la tragedia oriental de Rostan, ambos condenados a matar a sus propios padres. 

¿Será este también el desenlace de nuestro protagonista?. Hay que leerlo para descubrirlo.

Interesante lectura.


8 de abril de 2018

"Poemas" de Ángel González

Tengo un trauma infantil con la poesía, lo reconozco. Aquel ejercicio memorístico sujeto a la declamación escolar, en aquellas aulas con todas las alumnas puestas en pie, con el dedo amenazador de la profesora: "A ver, tú, sigue con la poesía" .... me han invalidado el resto de mi vida para leer y gozar la poesía. 

Por eso era un reto para mí acercarme a la poesía de Ángel González, uno de los grandes. Jugaba con ventaja. 

La última sesión del club de lectura contamos con la participación y dirección de un profesor invitado, Fran Jiménez, quien nos acercó a la vida y la obra de Ángel González con la calidez del que ama profundamente su obra. Desentrañar las palabras y los versos, su sonoridad, su ritmo ... fueron un ejercicio magnífico para ahondar en ella.

Además me sirvió para constatar otra realidad, mi gran ignorancia poética, mi falta absoluta de bagaje poético, que me comprometo a subsanar con el tiempo.

Al menos he abierto los ojos a la poesía a través de la palabra de Ángel González, tan cercano y tan profundo. Me quedo con uno de sus poemas, "Yo sé que existo":

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos, 
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace 
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
                   Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pera será otro hombre
- oscuro, torpe, malo- el que la habita ...