Vlad

11 de febrero de 2016

"Yo confieso" de Jaume Cabré


Decía Ortega y Gasset en sus reflexiones sobre el Quijote que publicó en 1914: "Yo soy yo y mis circunstancias". Seguramente, ninguno somos muy conscientes de ello si no hacemos un ejercicio de reflexión íntimo sobre el devenir de nuestra vida; qué peso han tenido en ella las personas, lugares o acontecimientos que nos han rodeado y qué parte se debe a nuestra propia acción individual.


Esta reflexión me viene al hilo de la lectura de este maravilloso libro que ha caído en mis manos gracias a las recomendaciones de otros buenos lectores. Confieso que lo comencé a leer hace varios veranos ... pero no era su momento. Ahora sí he conseguido leer de un tirón esta voluminosa obra que además requiere de un esfuerzo de concentración para discernir personajes, momentos y lugares.

Adrià Ardevol, un profesor universitario de historia de la cultura y las ideas, escribe una larga carta al final de su vida a su amada Sara, intentando repasar cómo ha llegado hasta ese momento, cómo fue ese amor de idas y venidas y cuáles fueron los pilares de su vida. Lo que comienza siendo un relato de su infancia en una familia poco dada al cariño o a las muestras de afecto, los largos años de estudio del violín y las lenguas extranjeras, su contacto con los libros y manuscritos antiguos por el trabajo de su padre... se termina convirtiendo en el relato de toda una vida plagada de amores, libros, violines, cuadros, traiciones, desafectos... 

Pero además, cada objeto que pasa por sus manos, cada cuadro, libro, manuscrito o violín, tiene una historia propia que contar. Y aquí el libro se convierte en un intricado juego de personajes, épocas y ciudades, maravillosamente hilvanado que capta nuestra atención de forma absorbente.

Porque la vida de cada uno está jalonado de momentos y circunstancias que nos hacen ser lo que somos, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello o pensemos, con soberbia, que todo depende de nosotros.

Un libro para el deleite literario pero también para la reflexión.

Una gran obra maestra (creo que es la primera vez que escribo esto en mi blog, con respeto para el resto de grandes autores que han pasado por estas mismas páginas). 

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