Nace un niño que se llamará Johannes y morirá su abuelo que se llama Johannes. Entre medias, los días, la cotidianeidad, el trabajo por seguir adelante, los sueños y las ilusiones, los éxitos y los fracasos... La vida en sí misma.
Así dicho parece bastante claro pero esto, en la pluma de un Premio Nobel, se convierte en un ejercicio de imaginación, muy poética, pero imaginación al fin y al cabo a la que me ha costado entrar. En fin, me ha dejado un poco fría.
Espero tener más suerte en mi próxima elección.
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