Tras el éxito de "Lluvia Fina", Landero retoma aquellos cuadernos que dejó en el aire en su novela más íntima y personal, "El balcón en invierno". Y los retoma para reflexionar sobre la vida, las obras literarias que le han acompañado y que le han hecho crecer como persona, y sobre el propio oficio de escritor.
Sin embargo, detecto en toda la obra una cierta tristeza o amargura. Lo que antes era añoranza de su infancia en Alburquerque, ahora es pérdida y nostalgia. Lo que antes era oficio de escritor ahora es como una losa que pesa sobre sus hombros cansados. Como un camino ya andado, perdido, y que ya vislumbra su final, agotadas las fuerzas y las esperanzas.
Pero su prosa maravillosa, íntima y cercana, nos permite adentrarnos en su alma de forma maravillosa. Muy recomendable, como siempre.
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