Hasta hace pocos años, otra guerra fratricida se libró en España, entre ETA y el Estado, entre los asesinos de la banda y las cientos de víctimas de un conflicto inmoral, atroz, cruel y sin sentido. Vidas derramadas sin sentido, solo para provocar dolor.
El aparición de un cadáver semidesnudo y apaleado en una playa de Formentera, atrae la atención del equipo de intervención de la UCO, con Bevilacqua a la cabeza. Sin embargo, rastreando en el pasado de la víctima, aparecen los largos tentáculos de ETA. A pesar de los años transcurridos, el subteniente Vila se ve obligado a rememorar sus años en el Servicio de Información en el País Vasco, años duros, donde veían caer a los compañeros en una lucha sin cuartel contra los asesinos de la banda terrorista.
En una entrevista reciente, Lorenzo Silva confesaba que había tenido en la cabeza esta novela durante muchos años, pero solo a raíz de la disolución de la banda y de poder hablar abiertamente con los guardias civiles que vivieron aquellos años, se había atrevido a contar esta historia, llena de amargura, incomprensión y reproches.
Bevilacqua nunca decepciona.
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