La nueva lectura del club me ha traído hasta aquí, hasta la lectura de una las grandes obras de la literatura inglesa del siglo XX. Sin duda, un descubrimiento para mí de un autor al que no había leído, en una preciosa edición de Random House, con prólogo de Juan Gabriel Vásquez e ilustraciones de Tià Zanoguera.
Cuando una lee en el prólogo que quizás este libro supone "lo más cerca que ha estado la literatura de describir el infierno", debería estar preparada para todo. Pero aún así, el libro sorprende y desasosiega. Como dice Vásquez es sorprendente que la gente que lo ha leído lo recuerda como muy intenso a pesar de estar encerrado en apenas 90 páginas.
Conrad, polaco de origen aunque afincado en Inglaterra donde escribirá toda su obra, fue marinero antes que escritor. O fue un escritor encerrado en la piel de un marinero aventurero. Sus viajes por los territorios coloniales de primeros del siglo XX le llevaron a conocer los grandes expolios, masacres y matanzas que se estaban llevando a cabo en África para esquilmar sus riquezas.
La imagen de los aventureros canallas tienen aquí su fiel reflejo. Marlowe, el protagonista, es un joven inglés que se embarca en una compañía belga para explorar el Congo y conseguir marfil. Para ello va tras la búsqueda de un mítico marinero, Kurtz, que vive en lo más profundo de la selva, rodeado de un halo de misterio.
Las dos terceras parte del libro describen el viaje de Marlowe y la última el encuentro final con Kurtz, un hombre que ha visto y vivido el horror, enloquecido y angustiado por lo que ha hecho.
La novela es el relato de un viaje, real y físico hacia las entrañas de África, y un viaje interior para conocer el lado más oscuro del ser humano. Como decía una compañera del club, para conocer "las tinieblas del corazón".
Considerado como el padre del modernismo literario, la obra es sumamente descriptiva y angustiosa. Una gran novela, sin duda, pero que te deja el corazón helado.
¡Mucho ánimo con ella, valientes!
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