El pasado miércoles reímos y lloramos con la obra del
desconocido autor portugués Valter Hugo Mae, que a pesar de su juventud, nos ha
sorprendido con una novela tan cercana a la vejez, a la soledad y a la muerte.
Releída, y compartida, con motivo de su presentación en el club de lectura, me
ha permitido ahondar aún más en esta gran novela que nos acerca con gran maestría a los
últimos años de aquellos que "esperan" en las residencias de
ancianos.
Profundas reflexiones sobre la vida y la muerte, la amistad,
la enfermedad, el humor, el sentimiento de culpa, la añoranza de los que ya no
están, la religión, el fascismo ... jalonan este relato. Todo ello con un gran
toque de ironía que le sirve al autor para acercarse a las experiencias más
amargas de ese puñado de personajes fantásticos de "la residencia de la
feliz edad" (ese nombre lo dice todo).
Por retratar algo tan profundo y tan cercano como la
ancianidad y la muerte, ha tocado especialmente a aquellos que cuidan de sus
mayores o que desgraciadamente los han perdido.
Pero todo ello con un mensaje final: la vida hay que
vivirla, que no nos pase como a su protagonista que sólo al final de su vida
encuentra la amistad y la ternura de los buenos amigos. Que lleguemos al final
habiendo amado, vivido, viajado, reído y disfrutado con los que tenemos cerca.
Feliz lectura
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