Después de reconciliarme con Pérez Reverte, ya sabéis, después de leer "Hombres buenos", no he podido dejar pasar la oportunidad de leer su última novela, con un protagonista tan excitante y lleno de matices como Falcó. Además, vi su entrevista en Página2 y me encantó ver su lado más literario y menos polémico/contertulio/periodista ... de los últimos tiempos.
La novela está ambientada en los días y meses posteriores al alzamiento nacional del 18 de julio de 1936. Franco ha instalado su cuartel general en Salamanca (que la novela recorre desde el Gran Hotel, la Plaza Mayor, las cafeterías...) y se enfrenta a un gran reto, liberar a José Antonio Primo de Rivera, preso en la cárcel de Alicante, en manos de los republicanos.
Y ahí entra en juego Lorenzo Falcó, ex contrabandista de armas, soldado de fortuna, espía sin escrúpulos y agente de los servicios de inteligencia al servicio de... él mismo. Las lealtades en aquellos primeros momentos se ven diluidos por oportunistas, maleantes y delincuentes que aprovechan el conflicto para enriquecerse, en uno y otro bando. La épica de los que luchaban por unos ideales se ve teñida por la codicia y el instinto de venganza.
Y en medio de todos ellos, Falcó, pelea por sobrevivir navegando entre las aguas turbias de los bajos fondos, la delincuencia y el espionaje. La cubierta del libro está magníficamente elegida, con ese hombre en la sombra, al más puro estilo Humphrey Bogart.
Fantástica novela al más puro estilo de las novelas de espías, con un personaje que nos augura muchas y futuras alegrías.
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