Nieves Conconstrina rinde homenaje en su primera novela a su propia madre, Antonia, nacida en el Madrid de la Guerra Civil española. Pero lejos de ser este un relato amargo y descorazonador de aquellos años, que lo fueron, destilan fuerza y coraje por salir adelante.
Fue la generación que vivía en las corralas de Madrid, con las cartillas de racionamiento, con olor a berza y agua sucia pero con toda la astucia para conseguir un mendrugo de pan o aprovechar el estraperlo para sacar unas perrinas con las que redondear la economía familiar.
Ya sabéis que a mí no me gusta especialmente leer sobre este período pero he de reconocer que el libros destila un punto de picaresca divertida que hace más llevadero el relato y que permite saborear los más íntimos detalles de las vidas de los protagonistas.
Amena novela que arroja un poquito de luz a un período negro de la historia de España.
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