De nuevo Isabel Allende llena mis ratos de lectura en estas largas vacaciones familiares que este año están siendo especialmente tranquilas. En esta ocasión, la novela se aleja un poco de lo que estamos acostumbrados a leer de esta autora ya que la historia se desarrolla en la actualidad, con un personaje casi adolescente que, como dice la propia autora, a veces dan ganas de abofetear. Sin embargo son comunes a otros relatos una presencia femenina muy fuerte (en este caso, la abuela de la protagonista) y del abuelo muerto, que acompaña a Maya a las profundidades más oscuras del ser humano para rescatarla de allí y de sí misma.
Esa mezcla de realidad, misterio, esoterismo, espíritus (tan presentes en las novelas de Allende) nos llevan hasta una recóndita isla del sur de Chile a donde llega Maya huyendo del mundo pero sobre todo huyendo de sí misma para intentar reencontrarse con la vida. Allí descubre el valor de la amistad, de la familia, de la solidaridad y del amor. Muy recomendable novela para momentos de "reencuentro".
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