La familia Delorme ha vivido toda la vida obsesionada por acumular dinero hasta convertirla en un infierno. Al dinero adoran, al dinero idolatran, el dinero es Dios y ellos son sus acólitos. La cámara verde es el culmen de su riqueza pero también el origen de sus desgracias.
Una historia que va del estupor a lo ridículo, con personajes histriónicos que a mí solo me despiertan asco. Dicen de ella que es una novela "de estilo gótico y humor negro". Para mí roza tanto el absurdo que no me ha terminado de convencer.