Vlad

21 de marzo de 2011

"Tsugumi" de Banana Yoshimoto


En otro de los comentarios a mi blog una buena amiga me recomendó a esta autora Banana Yoshimoto (mujer, joven, universitaria). Leer esta novela ha sido un ejercicio interesante de reencuentro con la literatura japonesa. Algún día dedicaré un post a hablar de mi admirado Murakami y a otros (pocos) autores japoneses que he tenido la oportunidad de leer.

Ha querido el destino que coincidan en el tiempo esta lectura con la tragedia de Japón. Y no cabe por menos que imaginar el pueblo costero del que habla la novela arrasado por esa ola gigante que lo ha engullido todo como si de una maldición de "los dioses" se tratara.

La novela narra la historia de Maria Shirakawa una joven japonesa que se va a virvir a Tokio para empezar la Universidad y que pasa su último verano en el pueblo donde ha nacido y crecido. Tsugumi, su prima, una chica enfermiza y a veces un poco histérica, y su hermana Yoko le harán vivir su último verano de juventud, la pérdida de la inocencia, el descubrimiento del primer amor... mientras se produce el encontronazo con una vida adulta que ella trata de construir.

Es, al fin y al cabo, la historia de cada uno de nosotros y de ese paso de la juventud a la vida adulta. El libro destila dulzura y melancolía, con personajes que se deslizan hacia un futuro incierto y con la única certidumbre de que ya nada ni nadie podrá destruir su amistad .

15 de marzo de 2011

"El hombre en busca de sentido" Viktor Frankl

Cuando hace unas semanas hablé de los libros de autoayuda, entró en un comentario una recomendación de un libro que he querido leer. Yo sostenía en el post y en los comentarios , que algunos de nosotros nos autoayudamos leyendo libros y que prefería leer libros de personas que por su trayectoria vital nos pudieran aportar algo a nuestra forma de entender y encarar la vida.

El libro en cuestión se titula "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl. Viktor Frankl era un psiquiatria austríaco de origen judío que permaneció preso en los campos de concentración alemanes. Aparte de su vivencia personal el libro construye los fundamentos de su teoría psicológica de la logoterapia, la voluntad de sentido para construir el destino del hombre.

Del libro, que es sobrecogedor y profundamente humanista, me quedo con tres cosas:

- La afirmación que hace el autor como superviviente de que "los mejores no regresaron de los campos". Todos aquellos que pusieron su nombre en las listas de la muerte para que otro más joven (padre de familia, esposo, hijo...) siguiera viviendo; el que recibió un tiro de gracia por ayudar a un enfermo o a un moribundo en aquellos trabajos extenuantes; los que ofrecieron un trozo de pan a otro a escondidas y fueron castigados duramente... Esos no volvieron.

- Cuando un preso sentía que lo había perdido todo (familia, casa, vida, humanidad, fuerzas...) y se "dejaba morir" porque no esperaba nada de la vida, Viktor Frankl le decía que la vida espera cosas de cada uno de nosotros. De ahí tenían que sacar las fuerzas para seguir luchando cada día por seguir vivo.

- Lo único que no les pudieron arrancar a ninguno uno de ellos fue la libertad: la libertad para pensar, para seguir amando, para seguir esperando, para decidir vivir o morir. Si a todos los presos les sometían a las mismas torturas, hambre, trabajos forzados... era posible esperar que reaccionaran igual (según una premisa de la psicología). Y sin embargo cada hombre reaccionó de manera distinta; los hubo que lucharon hasta el final por sobrevivir y los hubo que sucumbieron a la desesperación.

Este último pensamiento lo recoge también Nelson Mandela en su biografía cuando recita el poema que tantos días le acompañó durante sus años de cautivero. El poema de William Ernest Henley dice así

INVICTUS

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

Y después de todo aquello sólo queda construir nuestro futuro, nuestro propio destino ... porque la vida siempre espera grandes o pequeñas cosas de cada uno de nosotros.

13 de marzo de 2011

Riña de gatos


Os presento hoy la última novela de Eduardo Mendoza, ganadora del Premio Planeta 2010. Como dijo en una ocasión su presidente José Manuel Lara "los premios son para hacer lectores, no para hacer autores". De ahí que en la trayectoria de estos premios rara vez nos hayamos encontrado con escritores noveles o con alguna nueva promesa de la literatura. Este año el premio recae en un reconocido escritor, Eduardo Mendoza, que consigue dar siempre a sus relatos una pincelada de humor y sarcasmo.

En esta ocasión, la historia se desarrolla en la España de 1936, meses antes del alzamiento nacional contra el gobierno republicano. Y por sus páginas desfilan todos los personajes, tendencias políticas, ideologías... que van a protagonizar el enfrentamiento fraticida que sacudió España de 1936 a 1939 y que sirvió de ensayo a los acontecimientos que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial.

El personaje principal es un profesor de arte inglés que queda a merced de las intrigas y argucias de todos los personajes... hasta que se da cuenta, demasiado tarde, de que es una marioneta en manos de todos ellos. No es, por tanto, la típica novela sobre la Guerra Civil, que tanto llena nuestras librerías. Como dije antes, Mendoza consigue imprimir unas notas sutiles de humor, un punto de vodevil, de comedia de enredos, que la hacen entretenida.

Se deja leer... Para olvidarse un poco de los algoritmos no está mal!!!!!!

7 de marzo de 2011

¡INDIGNAOS! de Stéphane Hessel


Por fin ha llegado a España, gracias a la editorial Destino, el fenómeno editorial del año en Francia, con más de un millón y medio de ejemplares vendidos. "Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica".

Este pequeño libro es en realidad una carta abierta a los jóvenes franceses, y a todos los jóvenes del mundo, para que tengan una razón para rebelarse contra el mundo, para indignarse antes los abusos de los nuevos poderes económicos que nos han arrastrado hacia la situación de crisis actual, para superar la indiferencia y para luchar por conseguir un mundo mejor.

Y quien habla es un "joven" de 93 años, Stéphane Hessel un judío de origen alemán que pasó su infancia y adolescencia en París hasta la invasión alemana. Se une a la Resistencia, huye a Londres, donde se une al gobierno provisional de De Gaulle en el exilio y allí se convierte en espía para la causa aliada. En una operación en Francia es detenido y enviado a un campo de concentración. Consigue huir hasta en tres ocasiones, escapa de una muerte segura al cambiar su identidad por otro judío que ya había muerto y sufre vejaciones hasta el final, el momento de la liberación. Terminada la guerra ingresa en la carrera diplomática y como delegado de Francia participa en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. De los redactores de la carta magna es el único que sigue vivo.

Por eso es tan importante escuchar su voz. La voz de un hombre que fue testigo de la lucha contra el fascismo en Europa y cuya juventud se vio truncada por la barbarie de la Segunda Guerra Mundial. Después de aquel desastre las naciones de la Tierra firmaron un compromiso para que los derechos humanos nunca más fueran pisoteados. Se creó la seguridad social y las pensiones de jubilación para que nadie quedara desamparado. Se instauró una verdadera democracia económica donde primara el interés general frente a la acumulación de riqueza; se estableció la libertad de prensa y de información; los derechos de los niños....

¿Y qué cada de aquel espíritu?. 60 años después vemos recortados todos nuestros derechos, las instituciones financieras y el consumismo domina nuestras vidas y nos dicen que para seguir viviendo bien y superar la crisis debemos recortar nuestra jubilación, los seguros médicos, etc. Después de los escándalos de Wikileaks y las revueltas del mundo árabe, se cuestionan los derechos de prensa, información y la libertad de expresión. ¿Qué futuro les espera entonces a los jóvenes?. Ellos deben indignarse ante las injusticias, luchar por un mundo más solidario que impida que millones de niños en el mundo mueran cada día o mal vivan con menos de un dolar al día mientras en los países ricos consumimos desaforadamente destruyendo el planeta.

¡Indignaos! les grita a los jóvenes y nos grita a todos. Cambiemos nuestra sociedad consumista que ha colocado la medida de la felicidad por lo que tenemos más que por lo que somos. Escuchemos la voz de los que antes que nosotros lucharon para conseguir un mundo más justo y que al final del camino nos quieren dejar su mensaje de rebeldía y de "resistencia pacífica".

Ocasión magnífica para que los jóvenes y no tan jóvenes reflexionemos sobre el mundo que queremos construir, el planeta que debemos cuidar, los derechos humanos por los que debemos luchar y el mundo que queremos legar a las generaciones futuras. ¡Indignez vous!